Sólo por escribir, y sólo lo que sale. Lo que ya hice, lo que hago y lo que sueño hacer... palabras y ya!
martes, 6 de diciembre de 2011
de la falta de valor...
Un breve reencuentro
Concentrada en mi trabajo de repente apareció un cuadro de diálogo en mi computadora con el siguiente texto:
Candy: Además de lo orgulloso que fuí por todo lo que pasamos, te pido la más sincera disculpa por haber abusado de tu confianza cuando ciertos actos de tu parte fueron completamente desinteresados...no tenía ni siquiera valor para escribirte.
Mucho tiempo pensé que la idea de Maquiavelo era errónea, para mi el hombre no podía ser malvado por naturaleza, no funcionaba esa idea, porque implicaba que ni la gente que quiero ni yo seguíamos con la naturaleza humana.
Hoy, después de 1 año, alguien estableció contacto nuevamente, cosa desconcertante para mi, porque en este año la idea de Maquiavelo cambio en mi mente, y es que definitivamente hay gente cuya naturaleza es la maldad. No logro descifrarlo, sobre todo porque no me gusta la gente que evoca maldad, no me gusta la gente cuyos intereses siempre van por frente sin importar lo que se puedan llevar en el paso, no me gusta la gente que no acepta sus errores, no me gusta la gente que es incapaz de dar la cara ante algo inconcluso.
Todo mundo merece una oportunidad, la oportunidad de ser escuchado y redimirse de sus errores, y en esta ocasión me siento tan mal, porque hay algo en mi que me evita brindar esa oportunidad. ¿Pero no es acaso una de las cosas por las que siempre he luchado? ¿Cuáles son líneas que marcan si alguien en realidad merece esa segunda oportunidad? ¿Por qué debo ser juez de actos para poder brindar esa oportunidad? ¿Qué me otorga a mi la capacidad para decidirlo?
En mi cabeza soñadora suelo creer que la gente cambia, que llega un momento en que su vida da un giro para adoptar todas las actitudes necesarias para corregir su personalidad. No se si este es el caso. Me da tanta inseguridad intentar establecer el vinculo de comunicación nuevamente. Me da miedo que esa persona no aproveche esa segunda oportunidad y no sea mas que un juego en que yo estoy involucrada.
¿Realmente hay gente cuyos actos siempre se vean definidos por la maldad?
¿ La gente puede darse cuenta que hay algo mal en su persona e intenta enmendar sus errores?
¿Todo mundo merece una segunda oportunidad?
¿Puede en realidad cambiar la gente?
viernes, 25 de noviembre de 2011
de gigantes...
jueves, 24 de noviembre de 2011
El Entierro
EL ENTIERRO
- En realidad no se si quiero ir. Bueno, sé que quiero ir, pero no se si estoy lista para soportarlo –
- No seas tonta, ¡tienes que ir! –
- Pero no lo sé, en serio no lo sé. Son tantas las cosas que íbamos a hacer juntos… -
- Pues si, pero el íbamos ya no existe… Además, ¿si no lo hubieses conocido irías al concierto? –
- Pues por supuesto, tu sabes que es una banda que esta en el soundtrack de mi vida –
- aja! Entonces… -
- pues, pues… pues tienes razón. Creo que iré. Pero no va a estar del todo divertido, me conozco y me la voy a pasar chillando la mitad del concierto porque con esa canción hicimos tal cosa, y con esa otra estábamos acá, y esa canción fue la que escuchamos cuando… -
- pues si, pero así es esto de la vida. Además es como una mala gripa, ya mejor que te de de putazo o si no vas a estar moqueando por dos meses sin que la gripa te de del todo ni se te quite –
Se quedaron de ver a las 6:30. El concierto era a las 8 pm, pero ella es una neurótica de la puntualidad y le molesta sobremanera estar en el tráfico. Punto de reunión: Blockbuster de M.A. de Quevedo. Llegan por fin a la cita y ella se sube al auto. No puede negar la euforia que acompaña el previo al concierto. Sintonizan su estación preferida en el radio y están pasando canciones de la banda. Empiezan a entonar gargantas y los conductores de la estación hacen una entrevista a algunos miembros de la banda:
- ¿Y que tal estuvo su concierto en Monterrey? –
- ¡Increíble! Sólo que hacía mucho más frío del que habíamos pensado, así que a la mitad del concierto nos estábamos helando. Pero la vibra de la gente es la que nos mantuvo ahí –
- ¿Y están felices de regresar a México? –
- Definitivamente, México es un lugar que nos recibió muy bien y lo agradecemos –
El tiempo avanza y ella no deja de ver el reloj. Quedo de verse con más gente a las 7:30 porque ella trae los boletos de la mayoría. Esta extasiada, no puede creer que ya va rumbo al concierto, no puede creer aun que haya tomado la decisión de ir, no puede creer que va a un entierro.
Las emociones fuertes son difíciles de soportar, pero es más fácil con una cerveza. Se acomoda en su lugar junto con los demás. Los técnicos de la banda están ajuntando cables, probando sonido. Para cuando entraron al lugar el grupo que abría ya había acabado de tocar, así que sólo estaban ajustando los últimos detalles.
La gente esta en un estado de euforia masiva. La ola pasa todo el tiempo a través de las gradas, la gente aplaude, silva, grita. Ya nadie sabe que mas hacer mientras la banda sale.
En ese momento se empieza a escuchar una canción con un volumen lo suficientemente alto para que todo mundo le ponga atención: ¿Por qué se fue? ¿Por qué murió? ¿Por qué el señor me la quitó? Se ha ido al cielo y para poder ir yo debo también ser bueno para estar con mi amor… La gente empieza a aplaudir al ritmo de la música y Eddie sale al escenario cantando a coro:
Ou ou ou …
Oh, where oh where can my baby be?
The Lord took her away from me
She's gone to heaven, so I got to be good
So I can see my baby when I leave this world.
Todo mundo se para, grita, ella no puede creerlo. Eddie ha salido al escenario y este entierro ha comenzado.
- ¡Hola México! Estamos felices de estar aquí. -
No puede contenerse tanta emoción. Todos gritan, ella grita y solo siente como la garganta le raspa después de 2 semanas de tos y no poder dejar de fumar.
- Éste es el último concierto de nuestra gira, y hemos dejado lo mejor para el final. –
Se escuchan los primeros acordes y a ella le palpita el corazón tan fuerte que puede sentirlo en todo su cuerpo. Cierra los puños tratando de que toda la energía se acumule y explote cuando debe explotar. No puede creerlo. En este entierro la primera frase que escucha es.
“waitin', watchin' the clock, it's four o'clock, it's got to stop
tell him, take no more, she practices her speech
as he opens the door, she rolls over...”
Así es como debió empezar el entierro. La emoción no puede contenerse más y con los puños cerrados sin dejar salir la energía solo sintió sus mejillas mojadas. Las lágrimas empezaron a salir y no podía contenerse
“she lies and says she's in love with him, can't find a better man...
she dreams in color, she dreams in red, can't find a better man...
can't find a better man
can't find a better man
ohh...”
La canción ha terminado y ella logró derramar las lágrimas que faltaban. Cada uno de los acordes trae una serie de imágenes a su cabeza. ¿Han escuchado que cuando estás a punto de morir tu vida pasa muy rápido en la memoria? Eso es lo que ella vio. Revivió los últimos dos años en ese concierto.
the waiting drove me mad...you're finally here and i'm a mess
i take your entrance back...can't let you roam inside my head
i don't want to take what you can give...
i would rather starve than eat your bread...
i would rather run but i can't walk...
¿Recuerdas cuando, junto con uno de sus amigos, planeaste caerle de sorpresa? Fue maravilloso, ibas a ir en camión, pero su amigo te dijo que estabas loca, que mejor fueras en avión y el pagó la diferencia porque en ese momento tu no tenias dinero. Si hay algo que no puedes borrarte de la cabeza es su cara de sorpresa. Él estaba tan feliz de verte ahí. Corrió a ti y te abrazó por un tiempo que sentiste eterno. Lo extrañabas y aun no llevaba mucho tiempo fuera.
Poco a poco todo toma sentido. Cada canción es un recuerdo, cada acorde un pedazo en la memoria, una evocación al pasado, a ese pasado que ya no existe y no puede seguir siendo, ese pasado que viene a enterrar.
martes, 15 de noviembre de 2011
Las mentiras de Tom Tom
Me encanta viajar en carretera, definitivamente es de las cosas que mas disfruto. Estar en el camino, ver cosas nuevas, conocer gente interesante. Tiene 6 meses que tengo un maravilloso compañero en el camino y varios años más que no hacia viajes sola. No se si es la edad o la inmensa inseguridad que se vive en el país, pero últimamente el viajar sola es un tema que me da miedo.
Me han mandado del trabajo a un lugar desconocido para mi llamado San Miguel Regla. Cuando me dijeron que estaba comisionada (palabra que ha menudo usa mi administradora) lo primero que hice fue hacer uso del buen amigo Google para preguntarle por San Miguel Regla. Lo primero que me mencionó fue un bello hotel que fue la Hacienda de Romero de Terreros que, coincidencia aparte, es la colonia en donde está la oficina y yo sigo sin saber quien fue o que hizo. Lo admito, mi ignorancia sobre la historia de mi país es enorme, pero eso es un punto aparte.
Una vez que encontré el hotel busqué la mágica pestaña que dice “como llegar” y me encontré con un mapa con fondo azul que me indicaba dos caminos: via Pachuca y via Pirámides. Todos los puntos de referencia en el mapa no me decían nada, excepto, por supuesto, las pirámides.
Sabiendo que la memoria espacial y la orientación no son mi fuerte me avoqué a buscar la dirección en google maps. Afortunadamente encontré mi lugar de destino, pero me enfrenté al mismo problema de siempre: si imprimes todo el mapa sale muy pequeño y si agrandas alguna parte puedes perder detalles importantes sobre los puntos clave para dar vuelta. Por supuesto agrandé la última parte, pensando que esa sería la más complicada y la imprimí. Una vez impresa subrayé lo que creí que eran las cosas a no olvidar y decidí buscar la dirección en mi teléfono. Han de saber que aun no entro a la era de tener datos en mi teléfono o, mejor aún, GPS, pero la estrategia era buscarlo en el google maps mientras tenia la conexión Wi Fi de la Oficina y con suerte guardaría el mapa para usarlo en caso de emergencia.
Total que nunca logré ponerlo en el teléfono y con mi hoja impresa y como último recurso recurrí a mi gran amiga Karla, quien podría tener un GPS que pudiera prestarme. Afortunadamente Karla si tenía un GPS y no lo iba a usar, por lo que pudo prestármelo sin problemas.
No estaba el hotel en cuestión, pero si estaba un lugar que estaba cerca, o se veía lo suficientemente cerca y además tenía el plus de que aparecía como referencia en el mapa con fondo azul del que ya les había hablado.
Con todas las herramientas necesarias, el tanque lleno, el iPod en posición y todas la ganas empecé el camino. Una cosa coqueta que tiene el Tom Tom es que te dice la hora aproximada a la que debería llegar, de acuerdo a las condiciones de tráfico. Cuando empecé el camino, mi nuevo amigo Tom Tom decía que mi hora de arribo al lugar deseado era la 5:30 pm. Perfecto! Yo quería llegar antes del anochecer por aquello que les contaba sobre mi memoria espacial, y siempre es mucho mejor buscar lugares y letreros con la luz del día y no a la luz de los faros de mi auto.
Otra cosa coqueta que tiene el Tom Tom es que te dice el tiempo estimado en el que vas a llegar. Cuando empecé mi camino mi nuevo amigo Tom Tom decía que llegaría a mi destino en 2:15 horas.
Yo seguí por esa larga calle de la Ciudad de México llamada Insurgentes, y una hora después, mi amigo Tom Tom seguía diciendo que me faltaban alrededor de 2 horas para llegar y mi nueva hora de arribo eran las 6:30. ¡Gran Mentiroso!
Conforme avanzaba me di cuenta que mi amigo Tom Tom en serio tenia grandes problemas de decir mentiras. Yo iba feliz viendo la hora y cada vez que veía a Tom Tom recalculaba y recalculaba la hora de llegada, lo cual se traducía en mas y mas desilusión y la pérdida de esperanza de llegar antes de que el sol se ocultara.
Tom Tom miente, miente y muy feo porque rompió mis esperanzas a lo largo del día. Eso o su noción del tiempo en Tomilandia es muy diferente a la nuestra. Eso si, no hay manera de que me queje de la gran ayuda que fue… ahora lo digo: No lo hubiese logrado sin Tom Tom, en serio gracias! Pero no seas cruel, no me mientas de esa forma… mi corazón se rompió como 5 veces en el camino L
miércoles, 9 de noviembre de 2011
Coincidir
Tantos siglos,
tantos mundos,
tanto espacio…
… y coincidir
Desde hace dos semanas mi vida ha estado llena de coincidencias: encontrarme a una persona que conocí en el aeropuerto en un bar de la enorme ciudad de México, llegar a un fiesta y que alguien al escuchar mi nombre me pregunte si viví con un amigo con el que efectivamente viví un tiempo, salir en la mañana de la casa en donde fue el reven y volverme a encontrar a esta persona que conocí en el aeropuerto del otro lado de la ciudad, llegar a desayunar a un restaurante y encontrarme a todos los que estaban en el reven la noche anterior, conocer a alguien en otro país y después de un tiempo descubrir que conoce a la persona cuyos malos recuerdos quiero enterrar…
…meras coincidencias.
La palabra coincidencia esta en mi vocabulario de manera regular, pero hasta hoy estoy validando su estado. Coincidir tiene su origen en el latín. Es una palabra compuesta de cum cuyo significado es con y de incidere que significa caer en. Lo que implica que coincidir en “caer en con”. Extraño juego de palabras, lo sé, pero piensen un poco en lo que implica. De entrada la palabra incidir no evoca nada bueno en nuestra mente. Incidir esta asociado con hacer algo que no fue bueno y volverlo a hacer: incidir en. Significa que co-incidir es volver a hacerlo, pero ahora acompañado de alguien mas.
De la misma manera, y llamando un poco más a mi lado científico, la palabra incidencia toma otro significado meramente físico: es la dirección según la cual un cuerpo chocara contra otro.
Si hacemos una ligera combinación, entonces la co-incidencia implica primero llevar una dirección en donde “chocaras” contra alguien mas, y después de “chocar” con esta persona, volver a caer.
Disfrutemos entonces todas esas “meras coincidencias”, busquemos el sentido de que caigan ahí, enfrentemos el hecho de que las cosas están ahí por coincidencia, por volver a caer, por seguir la dirección que nos hará chocar contra eso.
No entiendo por que entre todas la combinaciones y permutaciones posibles caemos en ciertos lugares, con cierta gente, en el mismo periodo de tiempo. No sé si ésto está escrito, personalmente no creo en el destino, pero lo que es posible es que este destino, conjunto de energías, karma, azar, vida o ser divino que nos cuida desde arriba pone este juego sobre la mesa. Hace que compartamos el mismo espacio por un periodo de tiempo, y de ahí nosotros sabremos entonces que hacer con eso.
martes, 18 de octubre de 2011
temporalidad
¿Se han dado cuenta como cambia todo con un poco de sueño? Todos los cambios que existen en esa temporalidad entre la vigilia, el sueño y la vigilia nuevamente.
Ayer en la noche no me sentía nada bien. Me costaba trabajo soportar un fuerte dolor, un dolor constante, justo detrás de la cabeza. Dolor completamente identificado.
La primera vez que lo sentí quería arrancarme la cabeza. Es muy raro que me duela la cabeza, yo creo que en mi vida solo 3 o 4 veces había sentido un dolor de cabeza (probablemente por insolación) y dolores específicos después de mi caída, pero eran muy tranquilos. No soportaba sentirlo en la nuca. Intente muchas cosas: dormirme, apretarme la cabeza, bañarme con agua fría, con agua caliente... y las lágrimas no dejaban de salir de mis ojos.
Me desesperé. Asustada corrí al doctor. Lo que mas me asustaba era no saber a que se debía ese dolor. Ya no quería llorar, hasta el derramar lagrimas era mas doloroso bajo esas circunstancias.
Después de analizar mil posibilidades el doctor solo me sentó y me preguntó con toda la paciencia del mundo
-¿Qué problemas tienes?-
-¿Qué que problemas tengo?, pues que me duele muchísimo la cabeza y ya no lo soporto!!!-
-Si Candy, eso ya lo se... pero ¿Qué problemas tienes? ¿Qué cosas te agobian?-
-pues nada... solo que ya no se que hacer con mi cabeza.-
En ese momento comprendí que mi dolor de cabeza era ocasionado por tensión, que definitivamente había una serie de problemas en mi vida que se había somatizado en forma de tensión muscular detrás de la nuca y eso era precisamente lo que sentía.
Ayer otra vez tuve esa sensación. Ahora sé que cada vez que siento esa tensión detrás de la nuca lo que debo hacer es intentar relajarme y, como casi nunca lo logro, recurrir a un maravilloso relajante muscular, acostarme y dejar de pensar en ese dolor para intentar dormir.
Lo logré, no tan pronto como yo quisiera, pero lo logre. Pude dormirme y olvidarme de ese dolor por un rato.
Hoy en la mañana me desperté, muy fresca, muy descansada, con muchas ganas.
¿Se han dado cuenta como cambia todo con un poco de sueño? Después de una larga tarde, tediosa, con un dolor constante que al intentar soportarlos solo se hacia mas intenso, hoy me siento completamente bien.
Así que he aquí la solución: Los cambios que existen en esa temporalidad entre la vigilia, el sueño y la vigilia nuevamente son la mejor solución para cualquier mal.
miércoles, 12 de octubre de 2011
Lluvia para dormir
Me siento bastante cansada y mientras se acerca cada vez más la hora de dormir, mis ojos se cierran frente al televisor encendido sin sentido. Tengo que pasarme a la cama, y si ya estoy llegando al estado inconsciente de los sueños, mejor me acomodo para estar ahí por lo menos 6 horas. Empiezo los rituales necesarios antes de dormir, disfruto el bostezar constante y me acomodo bajo las sábanas.
Hay algo muy malo en todo esto: el sueño ya no esta ahí. Por más cansada que me siento no puedo sólo cerrar los ojos y conciliar el sueño. Cambio mi posición; probablemente es el cuello. Si, puede ser que el cuello no esté cómodo. Me cambio de lugar y tampoco me acomodo. Boca abajo siempre funciona, sobre todo porque descansa mucho mas la espalda, pero esa posición altera mi manera de respirar. Entonces boca arriba; así respiro, el cuello está en una posición cómoda, mi espalda también... pero tampoco funciona.
Comienzo a desesperarme, ya no puedo más y es que en ese tiempo tan sagrado que debemos tomar para descansar, simplemente no puedo hacerlo. Cambio constantemente de posición y eso solo hace que me desespere más. Las sábanas en la cama ya no están en su lugar y cada vez que doy vuelta tengo que buscar las esquinas para poder taparme.
Sin aviso previo empieza a llover. No es una lluvia normal, es un pequeño diluvio. Las gotas caen con tanta rapidez que rebotan en el piso, tocando las ventanas y produciendo una melodía peculiar. También rebotan con la puerta y ese sonido ya no es tan agradable, aunado a los relámpagos que puedo percibir a pesar de tener los ojos cerrados y me alertan del estruendoso ruido que seguirá a la luz.
¡No puedo más! Definitivamente esta es una noche en la que no podré dormir. ¡Así pasa!. Mejor lo acepto, me lleno de energía, me levanto y hago algo productivo.
En ese intento por levantarme, empiezo a escuchar con mas atención los sonidos que produce la lluvia. Un goteo constante, fuerte, armónico, que junto con la luz de los relámpagos y el estruendo de los truenos hacen una orquesta bastante especial, y mi mente se empieza a ir, a encontrar en esos sonidos tranquilidad que relaja y me voy, pasando al mundo de los sueños en muy poco tiempo.
¡Buenas Lunas!
Abro los ojos. No puedo creer que la lluvia durara toda la noche. Probablemente fue un sueño. Me levanto de la cama y me asomo por la puerta. Si llovió, no fue un sueño.
Lluvia para dormir, esa es la solución.
miércoles, 5 de octubre de 2011
La segunda parte de la responsabilidad
He mencionado antes la gran responsabilidad que implica cambiar visiones. Ahora necesito referirme a la responsabilidad que conlleva el cambiar esquemas.
A lo largo de la vida las circunstancias que te rodean generan un esquema. Las conversaciones y los puntos de vista encontrados te ayudan a formar tu propio criterio y, aunque esta vida está llena de opiniones no neutrales, el conocer diferentes puntos de vista, visiones encontradas y versiones diferentes de la misma historia, va generando diagramas mentales a través de los cuales puedes dibujar la realidad generando tu propio esquema.
Los esquemas son difíciles de cambiar, sobre todo porque el peso de nuestras convicciones los hacen muy fuertes. Podemos encontrar en nuestro camino argumentos que nos invitan a reflexionar sobre nuestros propios esquemas, y solemos hacerlo mas a menudo de lo que creemos.
Sin embargo, muchas veces no hay cosas trascendentales, simplemente “ligeros cambios de actitud” que por ir en contra de lo que creíamos tomamos con cautela.
También suele haber cambios completos, radicales, y cuando a través de imágenes se rompen tus esquemas el enfrentamiento ante ti y tus convicciones es demasiado fuerte. Es un enfrentamiento ante tus ideales que no necesariamente debe ir en contra, y cuando te das cuenta de una realidad diferente a la que dibujaste en tu esquema viene una responsabilidad diferente, una que puedes o no aceptar, la responsabilidad de cambiar lo que crees que no funciona.
Pero aquí debe ser no una responsabilidad adquirida, sino una convicción de responsabilidad. El saber que si algo no funciona puedes o no hacer algo al respecto, puedes o no intentar cambiarlo, puedes o no hacer que te importe.
Saber de antemano que no es fácil cambiar esquemas y el tuyo ha sido cambiado, saber que querer cambiar cosas siempre implica una lucha contra los que no quieren cambiar y eso nunca es fácil. Es aquí donde llega una incertidumbre sobre como cambiarlo, sobre estrategias, sobre responsabilidad, sobre fortaleza, sobre convicciones, sobre el enfrentamiento contra ti y probablemente contra muchos de los que quieres.
Es aquí donde puedes tener la decisión de adquirir o no esa responsabilidad.
lunes, 26 de septiembre de 2011
La responsabilidad de cambiar visiones
Hace 12 años tuve que buscar trabajo. Todo empezó preguntándome para que era buena en ese momento y buscando en el “aviso oportuno”. Encontré un anuncio que decía: -Se solicita maestro de física-. No era a lo que pensaba dedicarme, pero era algo que me gustaba y que creía era capaz de hacer.
Me presenté a la entrevista y con la presentación de una clase se decidía quien podía ocupar el lugar. De manera sorpresiva para mi, el puesto fue mío, a pesar de que la mayoría de la gente que ahí estaba eran físicos o ingenieros, y yo solo una estudiante de biología en el primer semestre.
Me dieron la oportunidad y con toda mi energía puesta en esta labor empecé mi trabajo como docente en una escuela que predicaba la filosofía Freinet como método de enseñanza. Por supuesto una institución no puede seguir una filosofía al pie de la letra, ya que ésta se encuentra basada en circunstancias históricas y sociales que no eran las mismas en el caso de esta escuela, así que puedo decir que es una institución que tomaba un poco de todo y sobre todo de su propia experiencia para generar su propia filosofía.
Durante esta etapa lo que me motivaba al preparar mis clases era una idea básica: ¿Cómo me hubiese gustado a mi que me enseñaran esto? Y de esta manera hice mi trabajo durante 4 años.
La gran ventaja es que tenia 19 años y eso me daba una presencia jovial que mis alumnos aprovecharon para convertirme en su confidente.
En esa lucha contra un sistema educativo con el que no comulgaba, y aun con la ventaja de tener una institución que apoyaba mis ideas, mi desempeño se vio lleno de tropiezos con la secretaría encargada de regular los procesos educativos en este país.
Mi visión era clara: No me importa que se aprendan las cosas, la memoria suele fallar, lo importante es que entiendan los mecanismos mediante los cuales se llevan a cabo los procesos físicos, y cuando se enfrenten a un conflicto tengan las herramientas para saber donde buscar los conceptos que los ayudarán a resolverlos.
Con el paso del tiempo me gané la confianza de mis alumnos, y eso permitió que alejaran de ellos la idea de que era una maestra y me tomaron como una guía, una persona que no sabía todo, pero con su poca experiencia podía ayudarlos a cuestionar el mundo. Y justo esa fue mi misión, enseñarles que el sistema nos obliga a separar las materias, pero ante un problema no podemos encontrar la respuesta en la física, la química, la biología o las matemáticas, sino enfrentarlo con todos los conocimientos básicos que adquirimos y tratar de resolverlo. Creo que los enseñe a pensar, a desmoronar los problemas, a cuestionar sus propias hipótesis, y sobre todo a cuestionar el sistema.
Mi alegría fue inmensurable cuando descubrí que ahora eran capaces de hacerlo. Y así, mi primera generación egreso del sistema básico para ingresar a la preparatoria.
De repente, esa generación de la que yo estaba orgullosa empezó a buscarme para pedirme consejo ante todas las incongruencias contra las que se enfrentaban en sus nuevas instituciones: maestros que no te permitían opinar, compañeros a los que no les importaba el método de enseñanza, adultos que no aceptaban sus errores, reglas absurdas que no podía ser cuestionadas… un sin fin de conflictos ante los que se sentían impotentes.
Mi consejo siempre fue la tolerancia y la inteligencia; no encontré otra manera mejor de enfrentarlo. Traté de explicarles lo importante que era ser prudente y que sólo era un medio para alcanzar un final, que en ese lugar no iban a estar toda la vida, pero que era un paso necesario, así que era mejor pasarlo de la manera mas tranquila.
En ese momento me enfrente ante la responsabilidad de cambiar visiones. Encontré gente que logro superarlo, e incluso encontró o desarrollo la habilidad de la diplomacia de manera impresionante, pero de la misma manera encontré gente que no logro concretar esa etapa y se llenó de rabia ante un sistema que no pudo comprender, ese mismo sistema que hasta la fecha yo no entiendo, que tanto critico con nuevas propuestas sin que estas sean escuchadas. Ese mismo sistema al que pertenecí y sigo perteneciendo, que quiero cambiar y cuya lucha no he abandonado.
Pero esta experiencia me ayudo a entender esa enorme responsabilidad de cambiar visiones, la responsabilidad que conlleva enseñar a la gente a pensar, a cuestionar, a involucrarse, a pesar de la frustración que esto puede traer.
Me siento y declaro responsable de la gente que no pudo concluir este paso, me siento y declaro responsable de no haber tenido las respuestas acertadas ante sus interrogantes y de no haber motivado en ellos mis ideas de tolerancia.
Y aunque esa responsabilidad es enorme, no pienso quitar el dedo del renglón, porque se que con el paso del tiempo y conforme mi experiencia sea mayor, cada vez encontrare mas respuestas ante las interrogantes de la gente a la que he logrado cambiarles la visión de las cosas.