No hay nada en esta vida como el sabor del pesto. Desde que el pesto llegó a mi vida, ha sido mi platillo favorito sin duda.
Por supuesto hay de pestos a pestos, y siempre que llego a un nuevo lugar es todo un reto probar el pesto. Aquellos que han convivido conmigo saben que para eso de la comida no hay manera de que mi palabra sea escuchada, porque todo me gusta. Es muy raro que escuchen de mi que algo estaba malo y, créanme cuando les digo que si yo digo que estaba malo, seguro lo estaba, porque en general todo me gusta.
Y es que al final comer es algo que disfruto mucho... pero ese es otro tema.
Total que hoy fuimos a un lugar muy lindo, pequeño, en una plaza bastante acogedora y, por supuesto, pedí pesto. Es raro que la gente en los restaurantes haga su propio pesto, supongo que a veces es tan complicado y tan poco pedido que no es redituable hacerlo. Pero hoy, en este pequeño lugar, descubrí que el cocinero hizo el pesto y, mejor aún, tenia piñones de verdad! Es tan difícil encontrar lugares en donde te den los piñones :P
Delicioso pesto, delicioso servicio, delicioso lugar y por supuesto deliciosa compañía.
Cabe mencionar que ya había comido... pero no pude resistirme al pesto.
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