lunes, 2 de junio de 2014

Los Medrano Barrena (y de lo feliz que soy porque decidieron adoptarme) #100happydays #candymax #dia072


Sábado, 31 de mayo de 2014
Hay gente en esta vida que llega para quedarse y los Medrano son unos de esos. 

La familia Medrano Barrena es una de esas familias enormes que me adoptaron por ahí del 2006 - 2007. Llegué ahí por mi buen amigo Buci, una de las personas con las que más conviví durante la prepa y que se ha vuelto, desde entonces, no solo en una de las personas que más admiro, sino en esa gente que sabes que siempre estará ahí, sin importar lo que pasé, porque eso es lo que ha hecho durante estos casi 20 años.

Los Medrano son una de esas familias envidiables. Cristina siempre ha sido la mamá de todos, esa gran anfitriona que nos recibía a todos los mocosos para ir a echar desmadre a su casa. Ya ni hablemos de papá Medrano! Un anfitrión que nos sentaba a todos alrededor de su mesa para pendejearnos una y otra vez, con el mayor de los cariños.

Ya ni se diga de los otros 3 Medrano Barrena! Yayo, Yoyo y Pato. Esa banda que no eran nuestros hermanos de sangre pero siempre nos han tratado como sus hermanos menores, con todo lo que eso implica (como pedir el CV y referencias a cualquier persona que llevas a presentarles) :P

La casa de los Medrano Barrena se volvió nuestro refugio, de hecho lo sigue siendo y cada vez que tenemos oportunidad nos escapamos ahí, para recibir los cariños de Cristina y acordarnos de todas las bobadas que ahí hicimos. De como filosofamos, resolvimos el mundo, lo despedazamos, lo volvimos a resolver...

Hoy tuve la gran fortuna de verlos nuevamente, no a todos, pero si al menos a la mitad, y que gusto ver a Cristina, esa madre por extensión que todos tenemos. Qué gusto pasarla tan bien, verla reír a morir, secarse las lágrimas de tanta risa y, ¡como no! si siempre nos pasan cosas de lo más extrañas.

Hoy ver a Cristina y poder estar con ella por un tiempo fue una de las mejores cosas de mi día. Solo estar ahí y pretender que el tiempo no ha pasado. Sólo estar ahí y disfrutarla... disfrutarlos... reír a morir y tener alguien con quien compartirlo. ¡Qué dias tan felices!

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