lunes, 26 de septiembre de 2011

La responsabilidad de cambiar visiones

Dedicado con todo el amor a los "Freinetos" que,
desde hace 12 años, lograron cambiar mi vida
y lo siguen haciendo.
Gracias! Muchas gracias!

Hace 12 años tuve que buscar trabajo. Todo empezó preguntándome para que era buena en ese momento y buscando en el “aviso oportuno”. Encontré un anuncio que decía: -Se solicita maestro de física-. No era a lo que pensaba dedicarme, pero era algo que me gustaba y que creía era capaz de hacer.

Me presenté a la entrevista y con la presentación de una clase se decidía quien podía ocupar el lugar. De manera sorpresiva para mi, el puesto fue mío, a pesar de que la mayoría de la gente que ahí estaba eran físicos o ingenieros, y yo solo una estudiante de biología en el primer semestre.

Me dieron la oportunidad y con toda mi energía puesta en esta labor empecé mi trabajo como docente en una escuela que predicaba la filosofía Freinet como método de enseñanza. Por supuesto una institución no puede seguir una filosofía al pie de la letra, ya que ésta se encuentra basada en circunstancias históricas y sociales que no eran las mismas en el caso de esta escuela, así que puedo decir que es una institución que tomaba un poco de todo y sobre todo de su propia experiencia para generar su propia filosofía.

Durante esta etapa lo que me motivaba al preparar mis clases era una idea básica: ¿Cómo me hubiese gustado a mi que me enseñaran esto? Y de esta manera hice mi trabajo durante 4 años.

La gran ventaja es que tenia 19 años y eso me daba una presencia jovial que mis alumnos aprovecharon para convertirme en su confidente.

En esa lucha contra un sistema educativo con el que no comulgaba, y aun con la ventaja de tener una institución que apoyaba mis ideas, mi desempeño se vio lleno de tropiezos con la secretaría encargada de regular los procesos educativos en este país.

Mi visión era clara: No me importa que se aprendan las cosas, la memoria suele fallar, lo importante es que entiendan los mecanismos mediante los cuales se llevan a cabo los procesos físicos, y cuando se enfrenten a un conflicto tengan las herramientas para saber donde buscar los conceptos que los ayudarán a resolverlos.

Con el paso del tiempo me gané la confianza de mis alumnos, y eso permitió que alejaran de ellos la idea de que era una maestra y me tomaron como una guía, una persona que no sabía todo, pero con su poca experiencia podía ayudarlos a cuestionar el mundo. Y justo esa fue mi misión, enseñarles que el sistema nos obliga a separar las materias, pero ante un problema no podemos encontrar la respuesta en la física, la química, la biología o las matemáticas, sino enfrentarlo con todos los conocimientos básicos que adquirimos y tratar de resolverlo. Creo que los enseñe a pensar, a desmoronar los problemas, a cuestionar sus propias hipótesis, y sobre todo a cuestionar el sistema.

Mi alegría fue inmensurable cuando descubrí que ahora eran capaces de hacerlo. Y así, mi primera generación egreso del sistema básico para ingresar a la preparatoria.

De repente, esa generación de la que yo estaba orgullosa empezó a buscarme para pedirme consejo ante todas las incongruencias contra las que se enfrentaban en sus nuevas instituciones: maestros que no te permitían opinar, compañeros a los que no les importaba el método de enseñanza, adultos que no aceptaban sus errores, reglas absurdas que no podía ser cuestionadas… un sin fin de conflictos ante los que se sentían impotentes.

Mi consejo siempre fue la tolerancia y la inteligencia; no encontré otra manera mejor de enfrentarlo. Traté de explicarles lo importante que era ser prudente y que sólo era un medio para alcanzar un final, que en ese lugar no iban a estar toda la vida, pero que era un paso necesario, así que era mejor pasarlo de la manera mas tranquila.

En ese momento me enfrente ante la responsabilidad de cambiar visiones. Encontré gente que logro superarlo, e incluso encontró o desarrollo la habilidad de la diplomacia de manera impresionante, pero de la misma manera encontré gente que no logro concretar esa etapa y se llenó de rabia ante un sistema que no pudo comprender, ese mismo sistema que hasta la fecha yo no entiendo, que tanto critico con nuevas propuestas sin que estas sean escuchadas. Ese mismo sistema al que pertenecí y sigo perteneciendo, que quiero cambiar y cuya lucha no he abandonado.

Pero esta experiencia me ayudo a entender esa enorme responsabilidad de cambiar visiones, la responsabilidad que conlleva enseñar a la gente a pensar, a cuestionar, a involucrarse, a pesar de la frustración que esto puede traer.

Me siento y declaro responsable de la gente que no pudo concluir este paso, me siento y declaro responsable de no haber tenido las respuestas acertadas ante sus interrogantes y de no haber motivado en ellos mis ideas de tolerancia.

Y aunque esa responsabilidad es enorme, no pienso quitar el dedo del renglón, porque se que con el paso del tiempo y conforme mi experiencia sea mayor, cada vez encontrare mas respuestas ante las interrogantes de la gente a la que he logrado cambiarles la visión de las cosas.

lunes, 19 de septiembre de 2011

La artesania de la ciencia

Hace poco alguien trataba de explicarme la diferencia entre artista y artesano. Su conclusión fue que un artista generalmente hace innovaciones, mientras que un artesano reproduce varias veces una misma pieza sin que esta deje de ser original, ya que al estar elaborada por una humano no deja de tener un toque personal en cada pieza.

Gracias a la tecnología, ahora la ciencia puede hacer varias replicas de dichas “piezas”. Un científico debe adquirir durante su formación habilidades manuales que implican exactitud en la medición de reactivos, sensibilidad en el uso de aparatos de medición, en el manejo de los trucos que cada técnica puede tener… en fin, una innumerable cantidad de habilidades. Y en la gran cantidad de replicas que se deben hacer va implícito el error humano, ese pequeño “toque de originalidad en cada pieza”

Para beneficio de la ciencia, y salud mental del científico que interpreta los valores numéricos de los experimentos, el error humano debe ser siempre el mínimo posible. Ahora gracias a ”los avances tecnológicos” este error es mínimo, y en vez de tener a 280 electrofisiólogos trabajando al mismo tiempo, es mucho mas barato para cada laboratorio invertir en una máquina, carísima de entrada, que realice las 280 lecturas en menos tiempo con un error mucho menos.

Esa colaboración entre ingenieros y científicos básicos ha generado un sin fin de mecanismos que no solo facilitan, sino optimizan el trabajo en la ciencia.

Esto me hace reflexionar sobre la artesanía de la ciencia, y en lo que todos aquellos que empezamos esta carrera podemos perder, como la adquisición de habilidades. En esta automatización generalizada es mucho mas fácil generar datos, pero si ya con el software especializados en estadística son pocos los biólogos que entienden cual es la funcionalidad de cada una de las pruebas y su aplicación ¿Qué pasará con la automatización de las técnicas?

La artesanía de la ciencia está ahora en decadencia.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Belleza y Magia

Nuestra vida esta llena de magia, que aun no logro entender como funciona, y el hecho de que la magia este presente todo el tiempo lo hace bello.

Es como un cuento de hadas, sabes que hay cosas que no pasan siempre asi, sin embargo, en nuestra historia así han pasado, por eso no podemos dejar de lado la fantasía, por eso creemos en hadas y duendes y por eso sabemos y aseguramos que la magia forma parte de nuestra vida.

Probablemente lo nuestro es solo un cuento de hadas mas, probablemente el destino en realidad no tiene preparado para nosotros una vida juntos. Probablemente teníamos que conocernos para saber que este es el prototipo de vida que nos gusta y buscarlo o construirlo con cosas que esten a nuestro alcance.

Puedo escribir cualquier cantidad de probables y no acabar de escribir nunca, y (nuevamente) probablemente todos esos probables sean posibles. Las cosas siempre son posibles desde el momento en el que las piensas.

Nuestra magia puede estar generada a raiz de esa diferencia de potencial que obliga a los electrones a ir al lugar donde no hay tantos, a lograr el equilibrio, a generar una homeostasis entre tu magia y la mia.

Si no quieres esa estabilidad, si tu objetivo no es llegar a la homeostasis, entonces no dejes que esa diferencia de potencial se termine.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Rodrigo estaba extremadamente aburrido. A ningún niño le gusta estar inmerso en una reunión de adultos, pero sus padres no encontraron con quien dejarlo y decidieron llevarlo con ellos esa noche.

Después de horas, la anfitriona le ofrece prender la tele en su habitación y él acepta. A esa hora pasan caricaturas muy viejas que a Rodrigo no le llaman la atención, pero decide acostarse en la cama y mirar la tele por un rato.

Poco tiempo después entra su mamá a la habitación, con el fin de cerciorarse que no este haciendo “nada malo” y llevarle un plato con algunos churritos fritos y un vaso con refresco.

Rodrigo le pregunta a su madre si aún falta mucho para que se vayan y ella contesta que un poco, pero que se quede calmado frente a la tele y que cualquier cosa ellos estarán abajo. Él responde con una mueca y observa como su madre sale de la habitación y cierra la puerta.

Es un niño inquieto, por lo que la tele no lo pudo mantener mucho tiempo sin buscar otra cosa que hacer y decidió explorar la habitación. Es una habitación bastante sencilla, no tiene libros con dibujitos, hay sólo dos cajitas con alhajas, algunas figuras de porcelana, un estuche de pinturas, algunos lápices pero no hojas para rayar y una que otra revista de modas.

Mientras esculca en el tocador, algo con forma circular llamó su atención. Estaba frente a un espejo bastante peculiar, al que puede darle vueltas sobre un eje y ver que en la otra cara hay un espejo más. Aunque eso no era lo mas maravilloso. Lo increíble de ese espejo es que después de darle varias vueltas se percató que la imagen que se reflejaba en uno de los lados no era normal. Lo analiza durante un largo rato, lo aleja, lo acerca, cambiaba su cara de lado, lo pone frente a sus ojos…

En la reunión los padres de Rodrigo empezaron a despedirse y decidí ir a avisarle que la hora de irse estaba muy cerca. Al abrir la puerta de la habitación me encontré a Rodrigo sentado en el tocador, frente al espejo, su mandíbula no podía abrirse mas porque sus labios se lo impedían.

Rodrigo estaba feliz, porque había descubierto que cada vez que acercaba uno de los churritos al espejo, éste aumentaba increíblemente de tamaño, y con semejante tamaño no le cabían en su boca normal, por lo que durante un largo rato estuvo haciendo esfuerzo sobrehumano, abriendo su boca lo mas grande que podía para poder comerse esos churritos que se volvieron gigantes frente al espejo de aumento que estaba en el tocador.