lunes, 12 de mayo de 2014
El clamato con cerveza ha sido mi elixir desde aquellos tiempos en el Ajusco cuando jugaba fútbol. Uno sabía por la ciencia (obvio, la nuestra) que un litro de chela con clamato tenía los porcentajes justos y correctos de ingredientes, sales y minerales, para una perfecta hidratación después de un partido. Por supuesto si el partido era extenuante, a veces eran recomendados dos litros. Y si el tercer tiempo era aún mas extenuante, de 3 a 5 litros era lo ideal.
Por supuesto, el arte de hacer clamatos con chela es una ciencia oculta y laboriosa que en el Ajusco es dominaba por los lugareños cual maestros de los clamatos, pero si uno quería repetir la receta en casa, lejos del trabajo laborioso, la mezcla no siempre quedaba igual, y más con gente como yo acostumbrada a medir con pipetas y probetas todos los ingredientes.
Qué tiempos aquellos del Ajusco!
Durante todos estos años he tratado de perfeccionar mis técnicas asociadas a los clamatos, siempre han quedado bien y los disfruto, pero en días como hoy, donde el calor y la abundancia de trabajo solo me hacen pensar en un clamato, me doy cuenta de la pereza que eso significa y la falta de ingredientes en mi refrigerador. Así que me acordé de la gran fortuna de que a Cerveza Sol, que aunque no es para nada una que me guste, se la haya ocurrido la maravillosa idea de poner esos dos ingredientes juntos, que le falta mucho para ser un clamato como los del Ajusco, pero que sin duda mitiga mi sed de clamato y aliviana mi tarde en lo que continúo con mis actividades laborales desde casa...
¡Gracias cerveza sol por pensar en la gente perezosa como yo y hacer una combinación bastante aceptable!
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