sábado, 3 de mayo de 2014
Tiene ya muchos años que descubrí el desayuno surfer, pero la verdad es que es un desayuno hecho especialmente a la medida y con todas las cosas necesarias.
Resulta que cuando uno intenta pasar sus dias en la playa agarrando olitas y no es nada experto, lo mejor que puede hacer es levantarse temprano, muy temprano, llevar su tabla al mar y esperar a que lleguen unas buenas olas, unas de esas facilitas, para poder pararse en la tabla.
Empiezas a las 7 u 8 de la mañana (a veces más temprano) porque es el momento en que las olas son mas bonitas, y además el sol no está en su apogeo. Se hecha uno al mar y después de 2, 3 o 4 horas y de una serie de revolcadas, largas distancias nadadas, el agua de sal y el sol, sales del mar a echarte un regaderaso y comer. Y por supuesto, después de esas largas horas de ejercicio, insolación y mallugamiento general, lo que uno necesita son miles de miles de calorías y este desayuno cumple exactamente con esa condición. Dependiendo de la latitud y el uso horario, la combinación puede variar, pero las constantes son hotcakes, tocino, huevo y las variantes son crema batida, helado, una rebanada de jamón...
uff... otra vez estoy como perrito pavloviano mientras escribo esto. Total que te comes tu desayuno y después reposas en la arena por unas 3 hasta 5 horas más, en lo que vuelven las olitas y puedes regresar al mar...
Eso es básicamente la cosa más rica y deliciosa que hay... el desayuno surfer :)
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