jueves, 24 de abril de 2014
Hay un lugar que disfrutamos mucho: Wild Rooster. Es un buen lugar, la música es buena, las chamucas son lo mejor, y el servicio siempre tiene algo chusco que agregarle a nuestra tarde noche.
El único problema es que, al igual que siempre pasa, cuando uno aparta lo que más te gusta de un plato para poder comerlo al final y disfrutarlo placenteramente, la gente cree que lo apartaste porque no lo quieres y se lo llevan!! Eso siempre pasa con mis limones en el Wild Rooster.
Igual pasa cuando estas comiendo y apartas tu aceituna, tu pedazo de queso, esa cosa rica y deliciosa que quieres disfrutar al final para que el sabor se quede en tu boca por más tiempo... siempre hay alguien que cree que la apartaste porque no la querías y la aleja de tu lado... así, sin más, sin preguntar, y asumiendo que aquello que hiciste a un lado es algo que no querías.
Después de varias salidas en donde mis limones simplemente desaparecían ante mi vista y era imposible recuperarlos porque eran rápidamente combinados con otros desechos de la mesa, hoy, afortunadamente y ante mi constante queja ante ese hecho, hoy tuve el servicio especial de mis limones, y cuando pido un limón no solo recibo un limón, recibo un set de limones con un poco de chile piquín para acompañarlos :) Gracias Wild Rooster por consentirme con mis limones.
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