Siempre he creído que el té es para cuando alguien está enfermo. No soy muy fan, aunque si lo tomo, y la verdad es que cuando estoy enferma, el té se vuelve en mi mejor amigo.
Llevo una semana al día, súper ajetreada, con mil cosas que hacer y dudas que resolver, atendiendo el teléfono, las reuniones, los pendientes... de esas semanas ricas en donde no tienes ni un minuto libre en el trabajo y eso te permite pasar los días con rapidez. De esas semanas que una vez que terminan saben a gloria por todas las cosas logradas.
Hoy fue el último día de esa semana, y en la mañana yo estaba a punto de tirar la toalla. Entramos a un conferencia bastante entretenida, pero definitivamente necesitaba mi dosis de cafeína. Sólo alcance una taza pequeña y creí que eso iba a ser suficiente, pero no lo fue.
Busqué café desesperadamente y el problema de ir en Romeo al trabajo es que me es imposible ir al OXXO, que no está walking distance, por un café. Aun no domino manejar la moto y traer café :P Entonces recordé que tenía mi cajita de tés de emergencia en el cajón. Esa cajita está ahí, justo para las ocasiones en las que estoy enferma y lo que necesito es un té. Y descubrí con sorpresa que en la gama de tés que había en la cajita, estaba un "English Breakfast Tea". Mi primera asociación fue que si es para el desayuno, seguro tiene cafeína, así que decidí que esa sería la opción.
Qué grata sorpresa fue que la sensación de tomarme un té en esos estados desesperados sólo me calmó, me calmó muchísimo y me dejó seguir con mis actividades cotidianas. Sigo sin saber si tiene o no cafeína, pero en serio disfruté mi te matutino. No estoy segura si cambiaré mi café por té algún día, pero hoy, hoy fue lo mejor de mi día.
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